domingo, 30 de noviembre de 2014

Crónicas de un amor platónico (parte 12)


Siempre he creído que hay altibajos en toda etapa, y que cuando la vida te sonríe en ciertos momentos de repente ocurre algo que te deprime, de la misma forma que cuando uno está triste también puede suceder que la vida le sonría de pronto, así sin más. Y la verdad es que no me equivocaba.

Mi vida cambia desde el mismo instante en que entro por la puerta a mi nueva clase, la de segundo año en el instituto. Lo sé porque reconozco una cara familiar, un rostro que llevo todo un año buscando, y que estoy seguro podría reconocer enseguida en cualquier parte, aún incluso solo por la propia voz.

Ahí está ella. La chica con la que llevo soñando todos estos años, y que el pasado echaba tanto de menos, al no tenerla a la vista. Al principio parece no verme, ocupada saludando y hablando con todos sus amigos alrededor, pero cuando ya estamos todos sentados y se gira aún sentada en su silla, me descubre en mi sitio y me saluda con su típica sonrisa alegre y desenfada. Incluso escucho de nuevo su "¡Hola Edu!", con la misma alegría de siempre, y como si nada hubiera cambiado.

Sin embargo, no solo mi mayor sueño se cumple al estar otra vez en la misma clase que Érika, sino que también cambia mi vida social. Es ahora, en este segundo año, cuando vuelvo a coincidir con algunos de mis antiguos compañeros de colegio, con los que jugaba en los recreos de pequeño, y de quienes me separaron al pasar al instituto. Además de eso, también hay en la clase algunos de los chicos y chicas con los que competíamos en el colegio, los de "la otra clase", los que considerábamos "nuestros rivales".

Ahora, estando en la misma clase, nos damos cuenta de que ya no hay rivalidad, ya no hay necesidad de seguir compitiendo, de superar a los otros, de demostrar quienes son mejores o peores. Ahora, estando mezclados y en el mismo bando, en la misma clase, nos damos cuenta de que tenemos que trabajar juntos y estudiar juntos. Tenemos que dejar a un lado nuestras diferencias, y aceptar que el pasado quedó atrás.

Y de esa forma, poco a poco y con el paso del tiempo, acabamos madurando y dándonos cuenta de que, en realidad, tenemos muchas más cosas en común de las que imaginábamos. Siendo rivales en el pasado, ahora empiezan a nacer nuevas relaciones entre nosotros, amistades que nunca imaginamos, y que inevitablemente se convierten en unas de las más importantes de nuestras vidas.

Yo también conozco dos grandes e importantes amistades este nuevo año, dos amistades que cambian por completo mi vida y me sonríen, cuando creía que ya nada volvería a cambiar. Esas amistades llegan por parte de dos chicas, Laura y Mandy, ambas pertenecientes originalmente a la clase rival del colegio.

Ya las conocía de antes, de verlas en el colegio de pequeño. Sin embargo, a diferencia de los chicos y chicas de mi clase que pasábamos corriendo los recreos, ellas dedicaban el tiempo a estar de pie o sentadas en una esquina, en un amplio grupo de niñas. Ni siquiera en las ocasiones en que los de la clase rival se unían a nuestro gran pilla pilla ellas se apuntaban. Preferían quedarse hablando en su esquina, supongo que de cosas de chicas o temas que solo ellas compartían.

Nunca antes les había prestado tanta atención como ahora, sencillamente porque yo iba a mi rollo con los míos, y ellas al suyo con su grupo. Nunca antes nos habíamos hablado ni comunicado tanto. Sin embargo, poco tiempo después de empezar a hablar, nos vamos conociendo mejor, y también dándonos cuenta de que tenemos varias cosas en común, como los gustos o algunas de las aficiones que aún conservamos del colegio: las que, a ojos de los demás, resultan infantiles.

Gracias a ellas dos, y a un par de antiguas compañeras más del colegio, consigo entrar en un nuevo grupo de amigas, al que se suman varias personas más: todas ellas chicas. Entre ellas me siento muy cómodo ya que me gusta su compañía, bromeamos, nos reímos de nuestros propios chistes, y entendemos cosas que nadie más conoce. En resumidas cuentas me siento muy feliz, al volver a tener otra vez amigos y no sentirme solo en clase. Y tampoco me importa en absoluto ser el único chico del grupo, a pesar de las extrañas miradas que algunos me echan en el camino. 

Lo que realmente me importa es que ya no estoy solo. De hecho, la experiencia de mis años desde el colegio con mis amistades, hace que a partir de ahora me guste más estar entre chicas. Y no porque quiera intentar ligar con ellas ni nada por el estilo, sino porque simplemente me siento más cómodo y más seguro.

Y por si eso fuera poco, durante las primeras semanas de clase ocurre otra nueva sorpresa, una que me deja perplejo y desconcertado.

Estando en el aula, sentados y cada uno en su sitio, Érika de repente se gira en su silla y me pide prestado un material, al cual accedo y se lo dejo en su mano. La sorpresa no radica en el hecho de que me pidiera algo prestado, cosa que hace desde siempre en el colegio y no resulta para nada sorprendente, sino en las palabras que me dice otro chico que está sentado al lado mío. Tras ver la escena y los ojos de ella, me mira con una sonrisa pícara dibujada en la cara y me dice "Érika te ha echado el ojo".

Aquello me deja completamente sorprendido, puesto que conozco a ese chico de este año y probablemente proviene de otro colegio, ajeno a nosotros. No nos conoce de nada a Érika y a mí, y afirma en un solo momento de interacción entre ambos que ella se ha fijado en mí, como si hubiera detectado enseguida algo que a mí me es imposible. La conversación termina ahí, ya que prefiero no hacer ningún comentario al respecto, pero por dentro me quedo totalmente en blanco.

¿De verdad se habrá fijado Érika en mí? Lo cierto es que, después de cómo me suele tratar con normalidad, aparentemente no lo parece. ¿Sabrá quizá disimular igual de bien que yo? ¿Lo habrá estado escondiendo todo este tiempo? ¿O simplemente ha cambiado de repente y ahora me ve de otra manera?

En cualquier caso estoy contento porque, al parecer, la vida está empezando a sonreírme de nuevo.

4 comentarios:

  1. Hola Eduardo!!!
    Fue un capítulo interesante esperare el siguiente con entusiasmo.
    Tienes una excelente forma de narrar felicidades!
    Saludos!!

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    1. ¡Hola, Sofia!

      ¡Muchas gracias, me alegro de que te gusten estas crónicas, y también mi forma de narrar y contar las cosas!

      ¿Has leído la historia completa, desde la primera parte?

      ¡Saludos y muchas gracias por comentar, Sofia! ;D

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    2. Hola Eduardo!!
      Apenas estoy empezando a leer tu historia solo leí el capitulo 10 y 11para entenderle mejor a este :) pero ya empezare a leer desde el primer capitulo para entender mejor :)
      Saludos!!

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    3. Oki. Recuerda que tienes todos los capítulos publicados en la sección curiosidades de este mismo blog.

      ¡Saludos! ;D

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